jueves, 1 de abril de 2010

OJOS DE MAR





ESTE ES EL CUENTO QUE DA INICIO A LA COLECCION DE FOTOGRAFIAS Y CUENTOS "OJOS DE MAR", PRESENTADA AA COMIENZO DEL 2009.

MIRADAS

De pie frente al mar, día tras día, había crecido contemplando las olas, que le contaban que la mar estaba buena pa` trabajar, y le esperaba llena de vida. Vida que se multiplicaba en sus turquesas profundidades. Tanto tiempo había estado contemplando, que comprendió que el mar era un ser vivo, tan especial y único como él mismo. Aprendió a conversar con sus aguas, que se alegraban al verlo, enviándole una leve brisa que le abrazaba con gotas de saludo, cuando lo invitaba a navegar. En otras ocasiones, fuertes olas inmensas le avisaban que no era día para humanos, en medio de las disputas de silfos y ondinas, más antiguas que la historia, siguiendo las voces del mar, su bote permanecía lleno, siempre las olas lo posaban en el muelle de regreso, siempre comprendió que su amiga lo protegía porque él a ella, la comprendía.
Así había crecido, junto a su inmortal compañera, que recorría un segundo de su existencia, frente al largo y pesado camino de aquél pescador. Pero su relación había cambiado, ahora al estar sólo frente al mar, ésta ya no le ronroneaba una invitación a navegar.
Hoy parado frente al mar, sintió que le gemía adolorida por aceites, ácidos y basuras que flotaban en lugar de peces multicolores, como de mariscos y algas que vivían dentro de aquél inmenso ser líquido. Al ver la enfermedad de su amiga, sentía dentro de él, el mismo dolor, pero al ser él un ser mortal, le penetraba como daga decidida, y no pudo contener su llanto, un llanto de hombre dolido que ve partir a su amor y su propio aliento.
Tras limpiar sus lágrimas, no pudo ver más color, todo lo veía en blanco y negro, todo lo que conocía y en lo que creía, había perdido su tonalidad y resplandor, ya no existían ante sus ojos, matices ni tonalidades. Desesperado ante su visión, recorrió la costa y las calles de su poblado, elevado sobre el desierto, pero nada le hacía recobrar el color frente a sus ojos y poco a poco se fue resignando a su gris destino, que le fue apagando.
Al pasar el tiempo descubrió, que no eran sus ojos los que perdieron la capacidad de ver en color, era el mundo el que estaba en blanco y negro producto de la contaminación, y pensó que algo tenía que hacer para recuperar el color de su amada amiga, que era, el de su propia vida.

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